Francis Keré recibe el Premio Pritzker 2022
La arquitectura es primeramente es un servicio para la humanidad para crear un ambiento donde el ser humano pueda desarrollarse, pueda ser feliz, pueda tener lo que se llama bienestar.
Diébédo Francis Kéré nació en 1965 en Gando, un poblado de Burkina Faso. Es el hijo mayor del jefe del pueblo y el primero en su comunidad en asistir a la escuela, lo que le obligó a dejar a su familia a la edad de siete años. Su escuela estaba construida con bloques de cemento y carecía de ventilación y luz. Atrapado en ese clima extremo con más de cien compañeros de clase durante horas, juró que algún día mejoraría las escuelas. Y así lo ha hecho.
En 1985 viajó a Berlín gracias a una beca de carpintería, aprendiendo a hacer techos y muebles de día mientras asistía a clases de secundaria por la noche. Obtuvo una beca para estudiar en la Technische Universität Berlin (Berlín, Alemania) en 1995, graduándose en 2004 con un título avanzado en arquitectura.
“Crecí en una comunidad donde no había jardín de infantes, pero donde la comunidad era tu familia. Todo el mundo te cuidaba y todo el pueblo era tu patio de recreo. Mis días estaban llenos de asegurar comida y agua, pero también simplemente estar juntos, hablar juntos, construir casas juntos. Recuerdo el cuarto donde mi abuela se sentaba y contaba historias con un poco de luz, mientras nos acurrucábamos uno al lado del otro y su voz dentro del cuarto nos envolvía, convocándonos a acercarnos y formar un lugar seguro. Este fue mi primer sentido de la arquitectura”.
El jurado, presidido por Alejandro Aravena, ha valorado que la obra de Francis Kéré “nos muestra el poder de la materialidad arraigada en el lugar. Sus edificios, para y con las comunidades, son directamente de esas comunidades, en su construcción, sus materiales, sus programas y sus caracteres únicos”. Es el primer premio Pritzker que se ha otorgado a un arquitecto nacido en el continente africano desde que comenzaron en 1979.