Giacometti y Scarpa. Suiza rompe su frontera con Venezuela en la Bienal de Venecia 2023
En lugar de ser un espacio que contiene una exposición, el pabellón suizo se exhibe así mismo con relación a su entorno inmediato, el Pabellón de Venezuela. Sin ninguna duda, es una de las muestras más interesantes para visitar en los Giardini de la Bienal de Venecia 2023.
Dos sencillos gestos arquitectónicos pero cargados de simbolismo, abrir un hueco en un muro de ladrillo y quitar unas verjas, hacen del del Pabellón de Suiza en la Bienal de Venecia 2023 una de las intervenciones más interesantes. Ha sido comisariado por Karin Sander, artista y profesora de Arte y Arquitectura, y Philip Ursprung, profesor de Historia del Arte y Arquitectura, ambos en ETH Zurich.
Una propuesta aparentemente simple da lugar a una nueva relación entre el pabellón suizo y el venezolano. Ambos están situados uno a lado del otro y tan solo separados por un muro de ladrillo. Los comisarios también quieren mostrar la conexión entre los arquitectos de estos dos pabellones que fueron realizados en los primeros años cincuenta: el arquitecto suizo Bruno Giacometti (1907-2012) y el arquitecto italiano Carlo Scarpa (1906-1978).
Desde los Giardini, observando sus fachadas dispuestas casi en continuidad, podríamos entender que los dos pabellones conforman una unidad. Pero no fueron proyectados de ese modo. Incluso en su interior parecen tocarse, pero nunca llegan a hacerlo.
Primero fue construido el Pabellón Suizo en 1952, por el arquitecto Bruno Giacometti, hermano del famoso escultor. Fue diseñado entorno a los árboles que existían en el lugar, que se respetaron. La idea era establecer una continuidad entre varios tipos de espacios expositivos, interiores o exteriores, cubiertos y descubiertos. Cada uno ellos con diferente escala y definidos por las entradas de luz cenital y por la vegetación que acoge en su interior o que permite ver. Es un pabellón cerrado por muros de ladrillo, pero con la altura precisa para incorporar a los árboles que le rodean. La estructura metálica marca el ritmo, con los esbeltos pilares que recuerdan a la Academia de Bellas Artes de Nuremberg (1952-1954) de Sep Ruf. Tampoco es difícil conectar este pabellón con el diseñado por el arquitecto suizo Max Bill para la trienal de Milán de 1951 que nunca llegó a ser construido.
Cuatro años después, en 1956, fue realizado el Pabellón de Venezuela por Carlo Scarpa, que tuvo también que respetar los arboles preexistentes. Fue realizado en hormigón y desde el exterior se muestra como una pieza rectangular cerrada, contundente, pero que en su interior se abre a la luz a través de unas tiras de vidrio en la parte superior de la fachada y en cubierta. Acoge una sala de exposiciones de doble altura, acompañada de otras salas de menor tamaño. El acceso se produce en el vacío definido por ese paralelepípedo, un árbol y el final del muro de ladrillo del pabellón suizo.
ROMPIENDO EL LÍMITE
La fluidez espacial del pabellón suizo se desborda al romper el muro que lo separa del venezolano. Una verja de hierro situada en el lado de Suiza impedía originariamente cruzar, y posteriormente se levantó un muro por parte de Venezuela. Por ello, al abrir el hueco eb su límite se conectan ambos pabellones, uniendo la zona del patio del suizo con la entrada del venezolano. Además, el pórtico del patio diseñado por Scarpa que chocaba contra ese muro ahora abierto, parece que lo estaba esperando. Y en ese patio, unos nuevos bancos se disponen utilizándo los ladrillos extraidos del muro. Queda el tocón de árbol que murió el año pasado entorno al cual la arquitectura fue definida.
En el espacio expositivo interior del Pabellón de Suiz, totalmente blanco y que hace más evidente los árboles qeu se asoman por sus huecos altos, se dispone una gran alfombra blanca que representa los planos originales de los dos pabellones combinados y superpuestos en sus respectivos halls.
El Pabellón de Suiza plantea la posibilidad de nuevas relaciones espaciales o territoriales con la pequeña variación de un límite, de una frontera. Encaja perfectamente en el tema general de la Bienal definido por Lesley Lokko: «Laboratorio del futuro». Desde la arquitectura y con herramientas propias de la disciplina, llama la atención sobre uno de los graves problemas actuales, tal como expresan sus comisarios:
La competencia entre pabellones nacionales es una reliquia del pasado. La fijación con la representación nacional ha limitado nuestros horizontes, solo aprendemos a través del contacto con los demás. Los pabellones, como todos nosotros, deberían cuidares más los unos a los otros
«NEIGHBOURS »
Pabellón de Suiza en la Bienal de Venecia 2023
Comisariado por Karin Sander y Philip Ursprung
Dónde: Giardini della Bienale, Venecia, Italia.
Fechas: del 20 de mayo al 26 de noviembre de 2023